Brindemos! Que hoy es siempre todavia :)

chau!
(Quemando dias alla por el 2009)

Esto paso hace casi 30 días, pero entre las vacaciones y la emoción no lo escribí antes (diría que no tuve el tiempo o las palabras, pero no es así). El hecho es que RENUNCIE A MI TRABAJO. Si, después de casi 10 años decidí que era el momento de dejarlo, en realidad es una idea que como saben esta en mi cabeza desde siempre ( y si queres algo que nunca tuviste, prueba algo que nunca hiciste), pero nunca había tomado tanto cuerpo como este invierno donde realmente busque la forma de hacerlo y al fin le dije al gerente las palabras mágicas: “me quiero ir”. En realidad lo exprese distinto, pero fue así de sintético; algo que aprendí en estos últimos años es a decir realmente lo que quiero comunicar, algo que no es tan fácil como pensamos.

Sinceramente, creo que nunca estuve tan ansioso y contento al mismo tiempo. Es la clase de sensación que quería volver a sentir. Y si bien tengo algunas cosas pensadas y hasta planeadas, la realidad es que no tengo la hoja de ruta completa; y eso es lo que mas me emociona.

Por un lado esta la ansiedad de resolver algunas cuestiones financieras, por otro la incertidumbre de no poder pagar las cuentas…y dentro de todo eso esta la inmensa felicidad de saber que tengo todo por delante para poder hacer lo que quiero.

Es raro, me doy cuenta que pase de ser un chico contento, a un hombre que espera, espera que ella vuelva, espera a sanar el corazón, espera que se acomoden las cosas para renunciar a su trabajo, espera a ser mejor persona, espera a estar mas preparado, en fin…esperar es morir un poco cada día. Sencillamente no quería esperar mas.

Ya se, ya no tengo esos 18 años, buscando otro camino para la carrera de informática y encontrándome de golpe con el amor, viviendo en el aire, volando…cuando no existía nada mas.

No tengo esos 19,  donde el trabajo era un mundo nuevo, lleno de desafíos y posibilidades, donde empezaba a conocer el mundo de “los grandes”, jugando a planear toda mi vida, donde dibujaba casas y era feliz.

No estoy en mis 20, haciendo “algo estúpido” como emprender, y dándome cuenta que afuera no es tan fácil. Ni tampoco adentro…exhausto, viendo las fallas en mi personalidad y lastimando personas. Volviéndome egoísta, y armando listas de cosas que HAY que hacer ANTES DE (errado).

O esos 21, con un negocio recién arrancado, y unas 24hs que no me alcanzaban para estudiar dos carreras, manejar un kiosco que no levantaba y cuidar lo que mas quería. Hacia lo que podía.

22, en quiebra y arruinado en todas las formas posibles, regalando lo que quedaba de un negocio infame que me hizo perder mucho, pero que me enseño cosas que de otra forma no hubiera conocido. Al final solo juntaba los pedazos de corazón que quedaban por ahí. Llorando por las noches. Incapaz de decir las cosas que sentía, y sufriendo las consecuencias. Solo.

Los 23, de cuando empezaba a respirar un poco mas, financieramente y mentalmente. Aunque todavía no recuperaba del todo el corazón. Pasando los días cansado de todo.

Esos 24, donde me divertía mucho, muchísimo, aunque todavía vacío. Emprendiendo de nuevo! Pero sin comprometer casi nada, ni de capital ni de personal. Nace The rise plan, o una forma de expresarme que poco a poco se va convirtiendo en una necesidad infaltable, un amigo que a pesar de que no lo visito seguido, siempre esta ahí.

O los 25, de cuando intentaba de todo para vivir. Ensayaba cursos, clases, viajes, noches, amores y personajes…quemando días y meses en cosas y personas que no me llenaban. También intentando una nueva función en el trabajo, difícil pero que termino siendo una experiencia hermosa.

Mis 26, Mas tranquilo y viejo. Donde rendido intentaba hacer funcionar el corazón, algo esperanzado de que funcione, aunque por dentro sabia que no iba a ser así, fue cuestión de tiempo y me dolió mucho el no ser capaz. Pensando en la posibilidad de por fin animarme a dar el paso de irme, aunque con el miedo de dejar atrás cosas por las que había trabajado y a personas importantes.

Pues no, tengo 27 (cayendo en los 28) y estamos en el 2014; donde digo lo que siento, me apoyo en mis amigos, vuelvo a escuchar Ismael Serrano sin llorar (no tanto por lo menos), termino los libros que quiero, abrazo a mi perro, cómo mejor y hago ejercicio, se lo que sé y lo que no sé, llego a conocer a las personas y miro los paisajes con otros ojos.

No se si eso es suficiente, pero acá voy. Listo para lo que me traigan nuevos vientos, que como primera parada me llevan a Buenos Aires. Seguramente a estudiar algo, pero mas que nada a seguir con mi plan. Y si el post me quedo algo melancólico (raro en mi), es porque creo que al final uno piensa en el principio. La verdad es que estoy muy contento con todo esto, y hasta feliz por momentos. Se que esto le va a dar otro aire a mi cabeza, que es lo que necesito para que mis proyectos tomen forma, obviamente tambien espero escribir mas.

Me siento bien. Feliz año! 🙂